Durante meses se encargaron de infundir temor entre agricultores
Domingo 21 de junio de 2015
Caracterizados por elegir las zonas rurales o los sitios poco poblados de localidades como Wanda, Puerto Esperanza y San Antonio para concretar sus golpes, una importante gavilla delictiva fue durante varios meses el temor de los productores y agricultores de gran parte de la zona Norte de la provincia.
Utilizando la sorpresa y el amplio arsenal con el que disponían para sus atracos, dicha organización concretó al menos tres importantes ilícitos. En la mayoría de los casos, las víctimas terminaron maniatadas e incluso golpeadas.
Según los pesquisas, la banda se habrían apoderado de una fuerte suma de dinero que superaría el millón de pesos, sumando todos los hechos en los cuales se vieron protagonistas.
Con la peligrosidad con la cual actuaban, se ganaron el respeto dentro de las filas de las fuerzas de seguridad. Pero a mediados de mayo pasado, más de cincuenta efectivos de distintas dependencias de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú lograron ponerle fin a las andanzas de dicha organización.
Fue luego de varias semanas de intensa investigación que derivaron en dos importantes allanamientos concretados en la zona urbana de San Antonio y en donde se logró el arresto de la totalidad de los integrantes de la peligrosa banda.
La misma estaba conformada por nueve hombres de entre 19 y 43 años (varios de ellos con frondosos antecedentes policiales por robo).
Días posteriores y mediante otros tres allanamientos ordenados por el Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, a cargo del juez subrogante de Eldorado Osvaldo Lunge, se logró secuestrar una gran cantidad de armas de distintos calibres junto con diversas municiones.
También se incautaron tres automóviles: un Renault Clio, un Ford Fiesta y un Chevrolet Corsa. Este último fue reconocido por uno de los damnificados como el utilizado por los ladrones para movilizarse el día del robo.
Mientras que los otros dos rodados habrían sido adquiridos por los ladrones con el dinero obtenido de los robos.
Atracos
De acuerdo a lo señalado por voceros que participaron directamente de la pesquisa, el primer golpe dado por esta banda se produjo el 31 de diciembre del año pasado, en una zona rural de Wanda conocida como Paraje Tirica, cuando un trabajador rural fue sorprendido dentro de su chacra.
Bajo amenazas con armas de grueso calibre, los malvivientes terminaron alzándose con 110 mil pesos en efectivo, junto con otros elementos de valor, dejando al dueño de casa atado de pies y manos dentro de su propiedad.
Luego de este atraco, la banda decidió mantenerse alejada de la acción hasta mediados de febrero, cuando concretaron otro importante robo. En este caso, a un grupo de colonos de la zona rural de San Antonio, cuando también se alzaron con una fuerte suma de dinero.
El tercer robo fue realizado a principios de mayo en el paraje El Susto de la localidad de Wanda. De acuerdo a los pesquisas, en horas de la tarde dos agricultores fueron interceptados sobre un camino rural por varios delincuentes cuando se movilizaban en una camioneta cuatro por cuatro.
En cuestión de segundos, las víctimas fueron reducidas y maniatadas por los ladrones que luego de apoderarse del rodado de los agricultores, más una gran cantidad de elementos de trabajo rural, escaparon con rumbo desconocido con 50 mil pesos entre pesos y reales.
Este fue el último episodio delictivo que concretó la gavilla, ya que, en base a las descripciones físicas hechas no sólo por estos dos últimos damnificados, sino también por el aporte de otros vecinos, más las averiguaciones hechas durante meses por la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional Cinco, se estableció que la base de operaciones de la banda funcionaba en San Antonio.
Sin perder más tiempo, se concretaron dos allanamientos en la zona del Paraje 130, el primero de ellos en una zona conocida como Villa Alta, en donde cinco de los integrantes de la peligrosa banda fueron sorprendidos mientras descansaban.
Éstos fueron identificados como Emanuel (19), José (43), Mateo (23), José (29), Jorge (24) y Ubaldo (22); todos ellos residentes desde hacía varios años en San Antonio. Horas más tarde, cerca del mediodía, en otro procedimiento se logró ubicar a los restantes cuatro integrantes de la banda y en poder de uno de los involucrados se hallaron 24 mil reales, dinero que fuera robado en Wanda.
Por Agustín Mazo
fojacero@elterritorio.com.ar
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Utilizando la sorpresa y el amplio arsenal con el que disponían para sus atracos, dicha organización concretó al menos tres importantes ilícitos. En la mayoría de los casos, las víctimas terminaron maniatadas e incluso golpeadas.
Según los pesquisas, la banda se habrían apoderado de una fuerte suma de dinero que superaría el millón de pesos, sumando todos los hechos en los cuales se vieron protagonistas.
Fue luego de varias semanas de intensa investigación que derivaron en dos importantes allanamientos concretados en la zona urbana de San Antonio y en donde se logró el arresto de la totalidad de los integrantes de la peligrosa banda.
La misma estaba conformada por nueve hombres de entre 19 y 43 años (varios de ellos con frondosos antecedentes policiales por robo).
Días posteriores y mediante otros tres allanamientos ordenados por el Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, a cargo del juez subrogante de Eldorado Osvaldo Lunge, se logró secuestrar una gran cantidad de armas de distintos calibres junto con diversas municiones.
También se incautaron tres automóviles: un Renault Clio, un Ford Fiesta y un Chevrolet Corsa. Este último fue reconocido por uno de los damnificados como el utilizado por los ladrones para movilizarse el día del robo.
Mientras que los otros dos rodados habrían sido adquiridos por los ladrones con el dinero obtenido de los robos.
Atracos
De acuerdo a lo señalado por voceros que participaron directamente de la pesquisa, el primer golpe dado por esta banda se produjo el 31 de diciembre del año pasado, en una zona rural de Wanda conocida como Paraje Tirica, cuando un trabajador rural fue sorprendido dentro de su chacra.
Bajo amenazas con armas de grueso calibre, los malvivientes terminaron alzándose con 110 mil pesos en efectivo, junto con otros elementos de valor, dejando al dueño de casa atado de pies y manos dentro de su propiedad.
Luego de este atraco, la banda decidió mantenerse alejada de la acción hasta mediados de febrero, cuando concretaron otro importante robo. En este caso, a un grupo de colonos de la zona rural de San Antonio, cuando también se alzaron con una fuerte suma de dinero.
El tercer robo fue realizado a principios de mayo en el paraje El Susto de la localidad de Wanda. De acuerdo a los pesquisas, en horas de la tarde dos agricultores fueron interceptados sobre un camino rural por varios delincuentes cuando se movilizaban en una camioneta cuatro por cuatro.
En cuestión de segundos, las víctimas fueron reducidas y maniatadas por los ladrones que luego de apoderarse del rodado de los agricultores, más una gran cantidad de elementos de trabajo rural, escaparon con rumbo desconocido con 50 mil pesos entre pesos y reales.
Este fue el último episodio delictivo que concretó la gavilla, ya que, en base a las descripciones físicas hechas no sólo por estos dos últimos damnificados, sino también por el aporte de otros vecinos, más las averiguaciones hechas durante meses por la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional Cinco, se estableció que la base de operaciones de la banda funcionaba en San Antonio.
Sin perder más tiempo, se concretaron dos allanamientos en la zona del Paraje 130, el primero de ellos en una zona conocida como Villa Alta, en donde cinco de los integrantes de la peligrosa banda fueron sorprendidos mientras descansaban.
Éstos fueron identificados como Emanuel (19), José (43), Mateo (23), José (29), Jorge (24) y Ubaldo (22); todos ellos residentes desde hacía varios años en San Antonio. Horas más tarde, cerca del mediodía, en otro procedimiento se logró ubicar a los restantes cuatro integrantes de la banda y en poder de uno de los involucrados se hallaron 24 mil reales, dinero que fuera robado en Wanda.
9 Eran los integrantes de la organización delictiva. La mayoría eran jóvenes y se caracterizaban por actuar en zonas rurales o despobladas de las localidades de Wanda, Puerto Esperanza y San Antonio.
Por Agustín Mazo
fojacero@elterritorio.com.ar
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