Wanda Pilaszek: “Pensé que nos iban a matar”

Domingo 21 de junio de 2015
En menos de dos meses, las hermanas Teresa y Wanda Pilaszek sufrieron el salvaje atropello de ocho desconocidos que, a la fuerza, intentaron robarle el título de propiedad de 30 hectáreas que poseen en esta localidad, heredadas de sus padres.
La última vez, fue la más violenta, ya que las ancianas de 79 y 88 años fueron maniatadas y golpeadas dentro de su propiedad por los delincuentes. Con las pocas fuerzas que les quedaba, las hermanas lograron escapar de sus ataduras y, tras esconderse por varias horas en un monte cercano, lograron escapar de las garras de los ladrones.
Éste último episodio ocurrió durante la noche del sábado 16 de mayo.
De acuerdo al relato hecho por las víctimas, aquella noche los delincuentes “llegaron en dos camionetas y dos motos, las atravesaron en medio de la calle con las luces apuntando la casa y uno de ellos rompió la puerta, entró y directamente nos golpeó pidiendo el bendito título de la chacra. No se lo íbamos a entregar, está bien escondido, pero de entrada fue claro que sólo buscaban eso”.
Teresa describió el horrible momento que debió pasar junto a su hermana y, en relación a los cortes que lleva en su frente, dijo: “Me golpeó primero con una linterna y después con un hierro”. Su hermana Wanda, acotó: “Pensé que nos iban a matar; yo hacía fuerza para defendernos y salir de ahí”.
“En un momento, el hombre se asustó de los gritos, de los rezos de Wanda y de la sangre que había en la casa, creo que por eso paró de pegarme”, dijo Teresa, recordando que en ese momento escuchó que los malandras tenían intenciones de secuestrar a una de ellas. “Dijo que si no secuestraban a una no iban a conseguir la plata, entonces saqué fuerzas no sé de dónde y lo empujé, el hombre cayó y en eso aprovechamos para correr hacia el monte”.
Desde ese momento, las hermanas decidieron resistir hasta el último instante, pero a su vez no ocultan su preocupación al pensar que la historia pueda repetirse y que los malvivientes decidan regresar a cumplir su promesa.
Según las damnificadas, éstas no entienden los motivos de tanta saña, pero saben que corren serio peligro y por ello desconfían de todos, hasta de algunos familiares que desde hace un tiempo se mostraron sospechosamente interesados en esas tierras que heredaron de sus abuelos.
“Estamos asustadas, hay cosas que no cierran sobre el repentino interés en nuestra chacra. En la misma zona hay otras pero sólo la nuestra quieren, eso no lo entendemos, pero tampoco queremos irnos porque acá está nuestra vida”, señaló una de las mujeres. La propiedad se encuentra ubicada a menos de un kilómetro de la ruta nacional 12 y a unos siete del río Paraná.

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