Fabrica ladrillos y sueña con ser boxeador profesional

Domingo 12 de abril de 2015
Ideas claras. | Katriel sabe que el recorrido es largo, pero está convencido. | Foto: Daniel Villamea
Nada fue fácil en la vida de Katriel Gauna (19), uno de los grandes proyectos del boxeo obereño según la visión de Diego Silva, ex campeón argentino, sudamericano y latino de categoría gallo.
Katriel trabaja en una olería fabricando ladrillos, una tarea ardua que demanda gran esfuerzo y desgaste físico. Además, cursa cuarto año del secundario y le gustaría poder estudiar el Profesorado de Educación Física, aunque hoy está muy enfocado en el boxeo y proyecta convertirse en profesional.
Pero su gran sueño es poder comprarles una casa mejor a su mamá y sus cuatro hermanos. La familia reside en una precaria vivienda de madera en Villa Kleiven, donde todos comparten la misma habitación y las necesidades están a la vista. Su padre los abandonó hace muchos años.
“Empecé a entrenar hace dos años con un grupo que no tenía mucha constancia, hasta que lo conocí a Diego (Silva) y me sumé a su grupo. Para mí es un ídolo por todo lo que logró en el boxeo, todo lo que sabe y la gran persona que es”, subrayó el pupilo del ex campeón.
Desde hace poco más de un mes el grupo que encabeza Silva tiene base en el polideportivo municipal, ubicado en la otra punta de la ciudad respecto a donde vive Katriel, quien contó una anécdota que grafica el esfuerzo que hace para entrenar todos los días y el apoyo que tiene de su entrenador. “Primero venía y volvía caminando, que son unas 60 cuadras, pero ahora el profe me prestó una bicicleta que me ayuda bastante para movilizarme”, relató agradecido.

Condición y carácter
Recién con tres peleas como amateur, el púgil sabe que todavía tiene que aprender mucho y por eso no le escapa al entrenamiento. “Como no sé cantar ni bailar, quiero dedicarme al boxeo”, bromeó mientras se vendaba para afrontar el último entrenamiento de la semana.
Anoche competía en una velada en Puerto Iguazú y el próximo sábado animará la cartelera en Los Helechos, siempre con Diego Silva en su rincón. “El pibe tiene condiciones. Le gusta entrenar y tiene buen físico. Depende de él y del apoyo que consiga”, remarcó el entrenador.
Mide 1.80 metro de altura, es diestro y potente; tiene buen alcance de brazos y por ahora pretende establecerse en peso mediano.
“Por suerte no tengo problemas con el peso. Entreno todos los días porque es la única forma de llegar a ser profesional y apunto al boxeo como carrera. Trabajo, estudio y mi tiempo libre estoy con mi mamá y mis hermanos, no salgo. Mi sueño es comprarle una casa mejor a mí mamá”, especificó la joven promesa.
Actualmente cursa cuarto año en el Cep 56 de Barrio Norte y reconoció que le gustaría poder estudiar Profesorado de Educación Física, siempre que pueda compatibilizar dicha carrera con el boxeo.
“Para ser boxeador te tiene que gustar demasiado y a mí me encanta, a pesar de que no tenemos incentivos ni apoyo de nadie. Ni siquiera tenemos un ring. Pero como dice Diego, después, cuando llegás, todos se quieren sacar la foto con el campeón y sus medallas”, opinó con la madurez de un chico de ideas claras y puño apretado.

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