“Los menores quemaron etapas”

Una de las grandes deudas de la noche posadeña es la habilitación de un lugar donde los adolescentes puedan bailar. Hubo intentos, pero terminaron cerrando ante las clausuras o por falta de rentabilidad.
Según Ramón Romero, encargado de La Metro, “no hay boliches para menores porque no es rentable, no podés vender alcohol y los chicos no conocen otra forma de divertirse. Es lamentable, pero hay un problema que viene desde las casas”.
A su tiempo, Javier Villagra, encargado de El Fogón, afirmó que “los menores quemaron etapas; antes había boys (boliches para menores desde las 20 hasta medianoche) porque nosotros éramos más inocentes y salíamos a divertirnos sanamente; hoy eso muchos chicos no lo entienden”.
Todos reconocen que hay un mercado potencial de menores y los ven en la puerta de los boliches durante los fines de semana, pero nadie se anima a dar el puntapié inicial y habilitar un local donde bailar sin alcohol.
“Creo que hoy no funcionaría. Era otra época cuando empezaron, fue una moda, pero eran chicos diferentes, épocas diferentes y mentalidades diferentes”, afirma Guillermo Atencio, RRPP de Power.
Todos reconocen que la falta de lugares para menores potencia las fiesta privadas, donde se cobran entradas y se consume sin control.
“Cada vez se ven más fiestas privadas, solo se necesita buscar en cualquier red social, en Facebook, en WhatsAap y salen fiestas en casas o quintas, todos los fines de semana hay y nadie hace nada”, explicó Villagra.

“Empezar en la casa”
Mariela Aguirre es subsecretaria de Prevención de Adicciones y Control de Drogas, que depende del Ministerio de Salud Pública, y para ella el problema del alcohol y los menores empieza en las casas.
“Si hay un menor que toma alcohol es porque hay un mayor que lo permite. Creo que no se puede generalizar que todos los adolescentes toman porque hay grupos que no hace ruido de noche, que son deportistas, que buscan divertirse sin alcohol, yo no generalizaría, pero sí hay que dejar en claro que si hay un menor que sale y consume alcohol es porque hay una familia que lo permite y ahí es donde hay que revisar”.
Según datos de Salud Pública, la edad de inicio en el alcohol es a los 12 años en los chicos en edad escolar, y a los 10 años en los no escolarizados.
En los últimos años la prevalencia del consumo de alcohol en las adolescentes viene en aumento y equipara a la de los adolescentes. “Todavía no es superior, pero sí vemos que muchas chicas se jactan de que consumen a la par de los chicos”.
Aguirre es psicóloga y desde su óptica hay “un registro o un modelo que no se puede divertir sin alcohol. Las fiestas o las previas se programan en 'qué tomamos', y eso es en todos los niveles. Hay chicos que tienen este registro y lo sociabilizan naturalmente y nos cuentan cuando vamos a una escuela o un barrio”.
La profesional volvió a recalcar que “no se puede echar toda la culpa al chico o al adolescente. Hay que ver qué hacer con los padres para que esos chicos accedan al alcohol, que es la primera droga social. Muchos padres organizan cenas o salidas y dejan la casa a cargo de los chicos y sin control, y cuando los encuentran alcoholizados miran para afuera, hacia la junta, o al boliche, y no asumen la responsabilidad de que ellos son el primer control de la sociedad”.
Durante septiembre, la subsecretaria de prevención de adicciones programará actividades nocturnas en locales bailables, barrios, iglesias y organizaciones sociales para concientizar sobre el exceso en el consumo de alcohol, que “es la primera droga social. Muchos dicen que hay mucha marihuana, pero hay más presencia de alcohol y tabaco, con todos los problemas que eso acarrea a un joven, pero son drogas socialmente aceptadas”.
En el mismo sentido se expresó Martín Cesino, subsecretario de Atención Primaria de la Salud. “Hay que concientizar a la familia. Fue una buena medida la ley de nocturnidad, pero no podés poner un inspector en cada esquina, los padres siguen dándole el auto a los menores. El padre que deja salir a su hijo pese a que sabe que está alcoholizado y no pone un límite, es tan responsable como los mayores que integran el resto del circuito de la noche”.





En el NEA, más que en el país El consumo de alcohol tiene prevalencia en más del 80% de la población del Nordeste Argentino, región que incluye a las provincias de Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa. Así lo revela un estudio realizado por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), conocido en el pasado mes de julio, que coloca al NEA al tope del consumo nacional.
La investigación que realizó la Sedronar se apoya en una base de datos del Observatorio Argentino de Drogas y fue difundida por el diario El Litoral de Corrientes.
Además de alertar sobre el consumo de alcohol, los resultados también demostraron altos niveles de tabaquismo, ya que el 81% de los encuestados reconoció estar expuesto al cigarrillo en el hogar y el 50% de la población dijo haber fumado en el último mes.
El estudio de la Secretaría dependiente de la Presidencia de la Nación refleja la magnitud, las características y los factores asociados al consumo de sustancias psicoactivas a nivel país.


Quieren tolerancia cero para los conductores que beban alcohol Posadas. Dentro de la sesión ordinaria número quince de principios del pasado mes de julio del Concejo Deliberante de la capital provincial, tomó estado parlamentario una propuesta de refuerzo en lo referido a los controles de alcoholemia.
Se trata del expediente número 1644-C-14, que emanó de un proyecto del edil opositor de la capital de Misiones, Rolando Rubleski.
En la iniciativa se alienta desde su primer artículo a que se prohíba en el municipio la circulación a conductores de cualquier vehículo que haya ingerido estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes o una tasa de alcoholemia superior a cero gramos por mil centímetros cúbicos de sangre.
En el segundo apartado se agrega que “todos los conductores de vehículos se encuentran obligados a someterse a las pruebas y a los controles pertinentes a fin de dar cumplimiento a lo establecido en la presente ordenanza, las que serán reglamentadas e implementadas por el Departamento Ejecutivo Municipal (Dem)”.
Además, en el siguiente artículo de la propuesta legislativa local se establece que se debe modificar el tercer artículo de la ordenanza X-N3, que quedaría redactado de la siguiente forma: “A) Si el indicador se ubica dentro el área verde de la escala, puede conducir. Corresponde una alcoholemia equivalente a 0,0 gramos por litro de sangre. B) Si el indicador se ubica dentro del área blanca de la escala, no debe conducir. Corresponde a una alcoholemia entre 0,1 y 0,8 gramos por litro de sangre. C) Si el indicador se ubica dentro del área roja de la escala, no debe conducir. Corresponde una alcoholemia superior a 0,8 gramos por litro de sangre”.
Se determina además que la “negativa a realizar la prueba o la falta de cooperación en la misma, es presunción de que el conductor se encuentra en estado de alcoholemia positiva del tipo de la descripción correspondiente al apartado C”.
En los fundamentos de la idea se esgrime que “se tiene por objetivo principal disminuir la cantidad de siniestros viales relacionados al consumo de alcohol con consecuencias fatales para sus protagonistas y terceros, estableciendo un régimen de tolerancia cero para el consumo de alcohol en los conductores de los vehículos”.
La iniciativa se estudia de forma conjunta en las comisiones de Transporte y Tránsito y en la de Legislación General, Régimen del Empleado Municipal y Enjuiciamiento.

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