Cambiaron las noches y hábitos de los jóvenes eldoradenses

Domingo 24 de agosto de 2014
Debate eterno. | A pesar de los años de vigencia del Código de Nocturnidad, no cesan los reclamos para revisar la norma en la Capital del Trabajo. | Foto: Gentileza: Marcelo Rodríguez
Por los altos índices de consumo de alcohol entre los jóvenes en Misiones, se comenzaron -primero en Posadas- a aplicar los controles nocturnos, tanto con la llamada Ley Galeano como con posterioridad con el Código de Nocturnidad. La primera norma se hizo extensiva en forma rápida a toda la provincia; la segunda aún es tema de análisis en los ámbitos legislativos -como por ejemplo desde hace un buen tiempo en el Concejo Deliberante de Puerto Rico-, y hasta se analiza introducir modificaciones como sucede en el deliberativo de Eldorado, ciudad donde a criterio de algunos propietarios de locales bailables, la norma “mató la noche eldoradense”. Similares apreciaciones tienen en localidades como Jardín América. En ambos municipios, los jóvenes desaparecieron de las calles que frecuentaban para hacer la previa. Al aire libre escuchaban música, bebían y luego ingresaban a algún local bailable.

Las posturas
El concejal radical de Eldorado Jorge Lacuort manifestó que “después de varios años de implementación del Código de Nocturnidad, la situación de los menores y la vida nocturna sigue sin solución. La cuestión de la ingesta de bebidas alcohólicas no se ha resuelto, sólo se ha escondido, y el Estado nada hizo para concientizar a los jóvenes sobre lo nocivo de la ingesta de alcohol, porque el consumo de alcohol es una cuestión cultural arraigada, incluso incentivada desde las publicidades en todos los medios, sin descripción de las consecuencias nocivas del exceso, lo que sí se exige a la publicidad de cigarrillos, por ejemplo”.
Indicó que “sólo se consiguió impedirles  el acceso a los boliches, pero  han proliferado las fiestas privadas donde se consume más alcohol y de peor calidad, sin seguridad apropiada y con la proliferación de otro tipo de sustancias prohibidas y nocivas.
Planteó que el desafío es cómo “legalizar e incluir” a los menores de 18 años en la vida nocturna formal, y poder concientizarlos y controlar su seguridad.
Planteó que escondiendo la cuestión no se soluciona nada,  al indicar que el consumo de alcohol y drogas, lejos de disminuir, “ha ido en aumento, sólo que no está a la vista, y eso no es un logro, al contrario, sólo está bajo la alfombra”.
Sostuvo que “la diversión es parte de la vida, una parte muy importante, y los que ya tenemos algunos años más tuvimos la oportunidad de disfrutar de la vida nocturna desde que nuestros padres nos dejaron salir, y los jóvenes de hoy tienen el mismo derecho a transitar esa parte de la vida, aprender de sus propias experiencias, sin ser perseguidos como delincuentes”.
Ante esta realidad, planteó que es responsabilidad de los mayores, “crearles el marco necesario para que puedan hacerlo con seguridad y a la vista, donde se puede corregir y no adoptar la actitud hipócrita de creer que con prohibir ya saldamos nuestra cuenta. Los jóvenes, transgresores por naturaleza, están dispuestos a colaborar para crear el ámbito necesario; lo han manifestado en el Concejo Deliberante en varias oportunidades, ahora hay que ver si los grandes estamos dispuestos a trabajar en ello”.
En los últimos meses se detectaron varias fiestas privadas, incluso algunas de ellos con incidentes y disturbios con detenidos, porque se hallaron menores de edad bebiendo y con entradas al lugar.
En el kilómetro 11, en el barrio Parque, funcionaba un lugar donde se organizaba todos los fines de semana una especie de boliche. “Se hacía dentro de un quincho, donde se montaban las luces y sonido, y no faltaban el alcohol y menores”, comentaron varios jóvenes.
En las distintas recepciones de los colegios secundarios, las fiestas fueron paralelas. Una, oficial, con alumnos y familiares, y otra, lejos de todas las miradas y los controles. De hecho, para este año, un grupo de estudiantes amenaza con no realizar la fiesta de graduados en un lugar habilitado para ello, ya que están evaluando hacerla en alguna propiedad privada, porque "no sentimos que sea nuestra fiesta; es muy triste, amargo. Hay muchos caretas, porque hemos visto que en otros eventos, los mayores, incluso los funcionarios, toman bebidas alcohólicas en presencia de menores. Además nosotros nos estamos despidiendo de nuestra adolescencia y una vez que compartamos lo nuestro, no afecta a nadie”, reflexionó una joven.
En esta ciudad se dieron varios casos de adulteración de documentos, modificando la edad para poder ingresar.

Los que reclaman modificar
En Eldorado, en varias oportunidades, los jóvenes del Concejo Estudiantil solicitaron modificar un artículo del Código de Nocturnidad. Apuntan al ingreso a partir de los 16 años a los locales bailables. Incluso, presentaron un proyecto donde requerían que los menores puedan ingresar a los boliches bailables pero sin ingerir alcohol.
Para aquellos menores que consumían, se contemplaban sanciones con trabajos comunitarios o multas a ser afrontados por los padres. Al respecto, los ediles no encontrarían inconvenientes en modificar dicho artículo, estableciendo claramente que los menores de 18 años no podrán consumir bebidas alcohólicas en ningún punto de la ciudad.

Los propietarios
Cesar “Petaca” López, un conocido músico y dueño de dos emprendimientos nocturnos (Chevere y Complejo Pub), viene señalando  desde hace tiempo que el Código de Nocturnidad dejó a los jóvenes sin espectáculo nocturno.
“Los nuevos empresarios que trajeron ideas de afuera mataron a los boliches tradicionales", afirmó. Y agregó que a raíz de las prohibiciones, comenzaron a aflorar “muchas fiestas privadas, donde un grupo de personas negocia o simplemente lo hace para divertirse. Se reúnen chicos de 16 a 17 años. Son muchos los que tienen esa edad que quieren salir; tampoco vamos a señalar que todos toman bebidas alcohólicas, simplemente quieren estar en un lugar donde puedan escuchar música, distenderse y estar con sus amigos”.

Defiende como exitosa
Antonio Zarza, presidente del Concejo Deliberante de Eldorado, recordó que “el Código de Nocturnidad fue una petición de la sociedad; en un momento histórico fue una necesidad. Eldorado, desde mediados de la década del '90, ya había iniciado una tendencia de regular la actividad nocturna, con la fijación del horario del funcionamiento de los boliches. Después se legisló sobre el impedimento de consumir bebidas alcohólicas en la vía publica. En el 2007, el Código de Nocturnidad produjo un cambio de hábitos e introdujo una nueva manera de comportarse de la sociedad. Sus resultados han sido satisfactorios”, planteó.
 Se argumenta que partir de la implementación del Código de Nocturnidad, se pudo observar un reordenamiento nocturno y, a  raíz de un pedido social, en los últimos años bajaron los índices de ingresos al hospital Samic de jóvenes bajo los efectos del alcohol o accidentes viales.


En Montecarlo, más controles El intendente de Montecarlo, Julio César “Chun” Barreto, indicó que están adheridos a la Ley Galeano y en ese marco, están haciendo operativos conjuntos con la Policía de Misiones e inspectores de la Municipalidad.
“Se hacen además test de alcoholemia y se verifican las documentaciones de los vehículos”, explicó.
Concluyó que estos operativos demostraron que están dando “muy buenos resultados, sobre todo los días viernes y sábados, porque  permitió más tranquilidad los fines de semana”. Por eso, indicó que continuarán aplicando dichos controles.

Por Antonio Villalba
avillalba@elterritorio.com.ar


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