Don Cardozo y su voluntad de ayudar con la radio

Domingo 12 de octubre de 2014
En la radio. | Ramón elogió a los médicos y se convirtió en un fan de ellos. | Foto: Facundo Correa
“Un día vino mi amigo aborigen, Cirilo, porque le había picado una víbora. Nosotros estábamos muy asustados. Llegó acá, a la salita, y los doctores le atendieron. Le salvaron. Si tenía que ir al pueblo, al hospital, quién sabe si hoy estaría vivo”. La anécdota surge de los labios de Ramón Cardozo, un vecino de Colonia La Flor, donde los médicos comunitarios permanecen los días que deben cubrir la asitencia de las aldeas mbya de esa zona.
“Lo que hacen estos médicos tiene que ser noticia nacional, siempre se habla de todo lo malo de El Soberbio, estaría bueno que se reconozca la voluntad de estos muchachos”, agrega el hombre que se destaca por ser un personaje multifunción. Es mecánico, plomero, albañil, corta el pasto, arregla la escuelita y conduce su propio programa de radio: 99.1 FM La Flor.
Don Cardozo tiene 44 años, tres hijos y vive de las changas en la colonia. Según los vecinos no para quieto un minuto. “No tengo riquezas pero tengo trabajo”, señala.
Voluntarioso como ninguno, se dio maña e instaló hace unos meses una radio comunitaria al lado de su casa. Antena, wi-fi y agua para el mate son algunas de los beneficios que tiene el señor.
No se cansa de agradecer la llegada de Sebastián, Amanda, Gemán y Anastasia. Prácticamente se convirtió en un fan de su actividad. De manera que desde su radio promueve una colecta para reunir fondos y así reparar la vivienda que se encuentra detrás de la salita “Nuestra Señora de la Misericordia”.
La idea es que los doctores estén más cómodos, entonces toda la colonia se moviliza con ese fin. “Están todos contentos con ellos”, dice.
Don Cardozo no es un vecino más. Su historia llegó a la televisión y fue lo más comentado de la picada durante semanas. Estuvo en el programa Los Unos y los Otros de América, pues su hermana Karen de quien se había separado hace muchísios años lo estaba buscando.
El reencuentro de los hermanos en el piso del canal conmovió a todos los presentes y trascendió la pantalla. Pero lo que llevó hasta las lágrimas al conductor del ciclo, Oscar González Oro, es su gesto. Cuando le preguntaron qué cosas necesitaba, dijo que no quería nada para él sino una pensión para un niño discapacitado. “Despúes de tantos años conseguimos la pensión para el chiquito, 8 años tiene, y durante cinco años nadie me hizo caso”, recuerda.

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