Montecarlo afianza sus conexiones con el mundo

Domingo 5 de abril de 2015
En Montecarlo, hace varios años jóvenes  y docentes realizan intercambios culturales con distintos países del mundo; por ejemplo, el Instituto Carlos Culmey con Alemania, y la organización AFS con diversos países.
El Instituto Carlos Culmey cumplirá en junio 56 años de enseñanza. Uno de sus principales objetivos es poder formar a sus alumnos en la comprensión de la cultura y el idioma alemán, teniendo en cuenta que fue fundado por inmigrantes germanos. Por sus aulas pasaron numerosos alumnos, tanto descendientes de alemanes como de la comunidad en general. Los que eligen esta formación aprenden el idioma desde salita de 3 hasta quinto año del secundario.
El Instituto Carlos Culmey realiza intercambios estudiantiles, y más de 100 jóvenes ya viajaron a Alemania con este sistema. 
También la escuela cuenta con jóvenes voluntarios de entre 18 y 25 años que se instalan en la localidad desde marzo hasta febrero del siguiente año, enviados por la Unesco, que colaboran con los docentes y ayudan a los estudiantes con el idioma.

Conexiones con el mundo
AFS es una organización mundial que tiene su sede en Montecarlo desde el año 2007 y en la actualidad es presidida por Patricia Wasiak . Comenzó con las profesoras Lidia Anrriquez y Liliana Vargas y se fueron sumando voluntarios. Mediante esta tarea también se extendió  la organización a la localidad de Eldorado.
Las tareas se distribuyen con los distintos integrantes de la comisión, voluntarios y familias que adoptan a los jóvenes durante seis meses o un año.
“Nosotros nos encargamos de buscar las familias que van a recibir a los chicos; por ahí algunos ya saben como funciona el intercambio y se proponen para recibirlos en sus casas. Ya vinieron desde el 2007 más de 50  chicos de 16 a 18 años. Pueden quedarse el período de un año o seis meses y las familias que los reciben tienen que asegurarles casa, comida y educación. Es lindo lo que se logra dar porque uno los siente como un hijo más, es una experiencia maravillosa. La familia elige a qué escuela envía a los chicos que alojan", detalló la tesorera de AFS, Andrea Martínez.
Los jóvenes estudiantes son provenientes de Japón, Dinamarca, Rusia,Bélgica, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Italia, Alemania, Suiza, Tailandia y Francia, entre otros países. En Montecarlo, los incorporaron como alumnos principalmente la Escuela Normal Superior Nº 2. Le siguen el Instituto Madre Teresa Michel, el Instituto Carlos Culmey y la Epet Nº 11. La gran mayoría de ellos llegan a  Argentina prácticamente sin conocer el idioma español. La asistencia a la escuela es obligatoria y hay convenios con el Ministerio de Educación.

Un familia en Suiza
Arantxa, hija de Andrea Martínez, fue la primera estudiante de Montecarlo que realizó el intercambio. Son muy pocos los montecarlenses que pueden realizar el intercambio, ya que viajar a otro país es muy costoso.
“Mi hija fue a Suiza, fue en agosto de 2010 y volvió en julio de 2011. Puedo decir que ella tiene una familia en Suiza, que han venido a visitarnos y yo tuve la oportunidad de ir a visitarlos. Ella no sabia una palabra de Alemán, aprendió el idioma, le abrió la cabeza. Para un argentino es muy difícil hacer los intercambios por el alto costo que significan los pasajes. En el caso de mi hija, como era la primera entre todos, juntamos fondos, ayudaron los voluntarios, la comunidad, nosotros, y mediante ese esfuerzo pudo ir. Pero igualmente hasta ahora han ido unos cuatro de Montecarlo a hacer  los intercambios. Es una muy linda experiencia, se crean lazos muy fuertes, muchos de los chicos vuelven a visitar a las familias que los albergaron. En países como Dinamarca, el Estado beca a los chicos para que hagan el intercambio. Por ahí eso no se da en todos lados”, señaló Andrea Martínez.
La condición para poder realizar el intercambio es realizar un examen cultural. Saber el idioma del país al que van no es excluyente.

Los que llegan
Eva Bogadottir Jacobsen tiene 17 años, es de Dinamarca, llegó a Montecarlo a fines de julio del 2014 y regresará a su país de origen en julio de este año. Cursó la mitad del cuarto año y hoy está en quinto en la Escuela Normal Superior Nº2.
“Me anoté por internet y nos reunieron en la delegación de AFS con otros chicos mas que se querían sumar al programa. Tuvimos algunas charlas. A Montecarlo sólo vine yo, y hay dos más en Misiones en otras localidades. Me gusta mucho la Argentina, hice muchos amigos, me cuesta un poco todavía la escuela, me cuesta todavía el  español, vine sin saber el idioma, pero me defiendo bastante bien” relató Eva.
Por otra parte, destacó: “Me gusta la educación acá, es muy diferente a Dinamarca. Acá hay primaria, secundaria, universidad. Allá son diez años de escuela y luego universidad, todo el día en la escuela. Allá es mucho más difícil la escuela. Allá no existen los paros. En Julio me voy pero mi intensión es volver, me gusta la Argentina. Tal vez para la universidad, no sé”.
La joven danesa proviene de una familia trabajadora. Su madre es enfermera y su padre se dedica  a la pesca. Para poder sumarse  a AFS y poder viajar a la Argentina, utilizó parte del fondo de ahorro que hicieron sus padres  para ella. Según detalló, sus padres abrieron una cuenta de banco donde van depositando un cierto monto para cada uno de sus hijos para que al cumplir 18 años, ellos, los jóvenes, pueden disponer automáticamente del dinero e invertir en lo que quieran. En el caso de Eva, pidió a sus padres poder acceder al dinero para costear sus pasajes.
Eva tiene una hermana de 15 años, otro de 11 y un bebe que llega en junio. Sus hermanos también sueñan con realizar este intercambio pero en otros países, mientras que ella tiene como meta regresar a la Argentina.
 Kaori Fumoto tiene 52 años, es docente de lengua y literatura en Japón y hace algunos años llegó a Montecarlo a través de una beca para docentes del Gobierno de Nueva Zelanda, apoyado por AFS y otros organismos internacionales. Se alojó en la casa de una docente de Montecarlo a quien la adoptó como hermana y la visita cada tanto. Kaori se tomó licencia en su trabajo en Nueva Zelanda  y decidió recorrer varios países, pero esta avaluando  quedarse a vivir en Argentina, más precisamente en Rosario.
“En el 2011, siete  profesores de lengua de Nueva Zelanda recibimos una beca de tres meses para venir a la Argentina. A mí me tocó Montecarlo en la Escuela Normal Nº 2, y brindé charlas en otras instituciones de la localidad. Me tocaba observar las clases de lengua, dar clases de ingles y colaborar con los profesores, además de mejorar mi castellano y mi cultura general” relató la docente.
En Japón le tocó dictar clases de español en una suplencia, además de retomar sus tareas de docencia, pero luego decidió tomar un año de licencia sin goce de haberes. Tras ello renunció para viajar por el mundo. “Acá en Argentina tengo residencia de turista, lo estoy disfrutando mucho, estoy cantando y bailando tango, bailando salsa en Rosario. Llegue allá porque me encanta la historia del Che Guevara y quería conocer más sobre él. Allá me hice amigos, así que vendí mi casa en Nueva Zelanda y me compré un departamento en Rosario, porque gastaba mucho alquilando y por ser extranjera me cobraban mucho más de lo que valía el lugar. Voy a ver si me quedo a vivir en Argentina o si regreso”, dijo Kaori.
La mujer destacó además que si bien le gusta la Argentina, se le complica mucho poder manejar sus fondos depositados en el banco de Nueva Zelanda y no puede operar aquí. En ese sentido está buscando alternativas de negocios para salir adelante. Uno de ellos es la venta de zapatos de tango al Japón, que según la docente, tiene muy buena entrada al mercado oriental, y en ese sentido esta avanzando con sus proyectos.

Por Graciela González
interior@elterritorio.com.ar


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