Pelé está internado en terapia intensiva y Maradona anda a los saltos de parranda por los emiratos árabes. Sólo nos queda Messi de cortos y en la cancha, haciendo saltar cada cinco minutos récords de goleadores como si fueran los tapones del rancho de un seco que se colgó de los cables eléctricos.
En homenaje a Leo, el argentino más famoso del mundo actual después del papa Francisco, le dedicamos estas líneas que hablan del club que lo abrigó, lo alentó a desarrollarse y que a su vez lo integró a una filosofía de juego que todos disfrutamos por televisión con asombro cuando el Barsa despliega esas triangulaciones letales en las áreas rivales y cuando la pelota cae inevitablemente en el arco como si la red la pescara.
El Barsa de Messi fue fundado hace 115 años, el 29 de noviembre de 1899 por doce muchachos futbolistas aficionados (seis españoles, tres suizos, dos ingleses y un alemán), liderados por el periodista suizo Hans Gamper que publicó un aviso en su sección de la revista Los deportes.