El miedo avanza

Domingo 21 de junio de 2015 | 21:00hs.
La gran mayoría de las familias que decidieron quedarse a producir en las chacras, lo hizo sin pensar que iban a necesitar una sistema de alarma, una reja, ni armarse para defender lo suyo. La realidad les mostró otra cara, porque no quedaron afuera del aumento de la inseguridad y se convirtieron en blancos predilectos de bandas armadas que sigilosamente recorren los caminos alejados de todo movimiento policial, manejan datos precisos y, a fuerza de golpes o balas, se quedan con el fruto de los colonos.
Si bien muchos ladrones descubrieron que entrar a las chacras tiene sus riesgos, también saben que, por lo general, vale la pena porque el botín que se llevan casi siempre es importante y es a causa de eso que pasaron a conformar peligrosas bandas criminales dispuestas a todo con tal de asegurarse lo que buscan, que siempre es dinero en efectivo.
Otro dato a tener en cuenta es que tienen innumerables vías de escape para fugarse sin ser detectados por las fuerzas de seguridad, que en todos los casos están a muchos kilómetros de distancia. Como consecuencia de esa ausencia casi cómplice -que siempre juega a favor de los malandras- es que llegaron al punto de cometer los asaltos vestidos con ropa de policías o gendarmes, para no despertar sospechas al momento de abordar a las siempre indefensas víctimas que, lamentablemente, son cada vez más.

Asaltos por duplicado
Según las estadísticas propias de El Territorio, en base a sus publicaciones durante los dos últimos años, se pudo confirmar que en el último semestre del año pasado y lo que va transcurrido de 2015, se duplicaron los asaltos rurales con respecto a los primeros seis meses de 2014 y último semestre de 2013.
Esto se traduce en que, de los violentos asaltos esporádicos que se cometieron en la última mitad del año 2013 y primera de 2014 (que en promedio fue de uno por mes), hubo dos y, en algunos casos, hasta tres atracos mensuales en distintos puntos de la provincia durante el último semestre de 2014 y hasta la actualidad, aunque a las estadísticas deben sumarse los casos que no trascendieron mediáticamente y los robos comunes que para los productores fueron igualmente nocivos.
En ese sentido y económicamente hablando, sumando todos los casos detectados desde junio de 2013 hasta hoy, el botín que se alzaron los delincuentes asaltando a los colonos supera los ocho millones de pesos, aunque el perjuicio es mayor porque siempre aprovechan y se roban todos los elementos de valor.

Zona Centro y Norte
De esos atracos cometidos en las chacras, alrededor del 75 por ciento ocurrieron en la zona Centro y Norte de Misiones, sobre todo en las localidades cercanas a la frontera donde resulta demasiado fácil cruzar el río por un paso clandestino y refugiarse en alguno de los países vecinos hasta sentir que la Policía disminuye la búsqueda.
En algunos casos, las patas locales solamente se ocupan de la logística y son foráneos los que cometen el robo, una posible causa de que sigan operando sin ser capturados por los encargados de la seguridad de los ciudadanos.
Por otro lado, en la misma medida que aumentan los asaltos a los colonos, se incrementa la investigación previa de los movimientos de las víctimas y en ese punto aparecen con fuerza la figura de los dateros, una parte fundamental en la logística de estas organizaciones criminales que se despliegan a costa del trabajo de los agricultores.
También crece la violencia de los delincuentes, que son capaces de torturar con la misma vehemencia tanto a niños como a los ancianos, con tal de obtener esas grandes sumas de dinero que, en casi todos los casos, equivocadamente creen que guardan los agricultores.
Prueba de ello, es que ya no sólo asustan a las víctimas, sino que matan y, por estas horas, los muertos se cuentan de a montones, mientras que, en buena medida, los asaltantes siguen libres e infunden temor en las chacras y colonias que solían ser, por lo general, lugares tranquilos donde la confianza siempre fue más que la maldad.

Sin dinero y sin respuestas
De los golpes y asaltos armados a los agricultores, se destaca que todos fueron cometidos por sujetos que demostraron extrema violencia hacia sus víctimas y, salvo la masacre a la familia Knack en su casa de Panambí, además de otro ocurrido en el paraje El Susto de la localidad de Wanda, a mediados de mayo último, los demás casos no tienen sospechosos en la mira y tampoco fue recuperado el dinero con que se fugaron los criminales.

Armados
El Territorio recorrió varias zonas donde actuaron las bandas y dialogó con algunas víctimas cuyas vidas cambiaron rotundamente el día que los delincuentes irrumpieron en sus casas, los golpearon y despojaron de todo el dinero que tenían guardado, además de la tranquilidad de vivir en la chacra.
Por ello, la mayoría de los agricultores tomaron la decisión extrema y, a sus acostumbrados rifles de aire comprimido y machetes, sumaron armamento más potente: pistolas y escopetas, ya que consideran que tener un arma de fuego en la casa les da la sensación de que están resguardados.
Aunque los que fueron asaltados confesaron que, en ese momento, el revólver o cualquier otro elemento no les sirve de nada, porque los delincuentes no les dan tiempo a reaccionar en defensa.

Caso testigo
Para reflejar cómo un asalto violento cambia la forma de vivir y de pensar de los residentes de las zonas rurales, se refleja el caso de Clemente Sokalski, padre de una familia de la colonia Yapeyú que, para la estadística, fue la última víctima de una banda armada que con indumentaria de la Afip, amenazó con quemarlos vivos y violar a las mujeres para forzar la entrega de dinero, con el que luego se fugaron.
También el violento asalto a la familia del transportista Víctor Rindfleisch, de Guaraní, como el atraco perpetrado por tres delincuentes vestidos con indumentaria de la Policía Federal, al empresario tealero Omar Lewtak, en Campo Viera.
Uno de los blancos fáciles también son las personas de la tercera edad, que viven frágiles ante la violencia de los malvivientes. El último caso reflejado por este medio es el de las hermanas Wanda y Teresa Pilaszek, que pasaron la noche escondidas en el monte para escapar de ocho asaltantes que les exigían la entrega del título de propiedad de su chacra, en Santo Pipó.


Por el oro verde La creciente cantidad de robos de hojas de yerba mate en diversos lotes y plantaciones en toda la provincia, también representa un problema que mantiene preocupados a todos aquellos productores y empresarios del rubro, afectados por esta clase de delitos.
La modalidad sigue en crecimiento y para muchos productores se transformó en constantes pérdidas económicas. Por eso los damnificados coincidieron en la necesidad de un mayor control por parte de los diversos eslabones que conforman la cadena de la yerba en la provincia, para intentar ponerle un freno a la situación.
Durante los últimos dos años se tomó conocimiento de una gran cantidad de denuncias por el robo de hoja verde, aunque muchas de las víctimas prefieren no denunciar. En este tipo de delitos, los ladrones cuentan con la complicidad de los secaderos, que aceptan el producto robado pagando un menor precio.


Cuatreros a la orden del día El abigeato es otro delito que también preocupa a los propietarios de las chacras de Misiones. Si bien no existen cifras oficiales, porque muchas de las víctimas prefieren no denunciar, los propios damnificados dijeron que los casos ocurren casi a diario.
Los ataques de este tipo significan pérdidas económicas elevadas para los ganaderos, al punto de que muchos han dejado de criar ganado. Hace tres meses, en una estancia de Eldorado, mataron a un toro de la raza Braford e hirieron a machetazos a otros ocho, con la pérdida económica que superó los 60 mil pesos.


$ 2.100.000 entre el 11 de mayo y el 6 de julio de 2014. En distintos asaltos, los delincuentes se hicieron de 2.100.000 pesos. Esos billetes siguen sin ser ubicados y quienes los tomaron, casi todos están prófugos.

60% uniformados. Los delincuentes se presentaron como miembros de las fuerzas de seguridad e, incluso, utilizaban indumentaria oficial y hasta chalecos antibalas.

50% en cinco pueblos. La zona Centro de Misiones es la más golpeada por las bandas de asaltantes armados. Entre Campo Ramón, Guaraní, Campo Viera, Alba Posse y Panambí, se dividen la mitad de los atracos cometidos en los dos últimos años.

$8 millones en efectivo. En los dos últimos años, los delincuentes asaltaron a los agricultores y los casos se repiten cada vez con más frecuencia e inusitada violencia.
Los colonos creen que la seguridad está solamente en la zona urbana.

Balacera 14 de noviembre 2013.Una banda asaltó a Ervino Wanger, propietario del servicio internacional Alba Posse-Porto Mauá, a quien agredieron con intensiones de robo. Se tirotearon con la Policía y huyeron sin llevarse nada, pero dos efectivos resultaron heridos.

$30 mil 23 de abril de 2014. En el paraje Las Yerbas de Aristóbulo del Valle, un matrimonio fue asaltado por cuatro encapuchados, que luego de maniatar a las víctimas y amenazarlas de muerte, se escaparon con 30 mil pesos.

76 años 27 de junio 2014. Otro cruel asalto tuvo como víctima a un anciano. Sucedió en Campo Ramón. Una mujer y tres encapuchados lo ataron con cables y lo dejaron inconsciente a golpes.

Ropa azul 18 de octubre 2014. Tres sujetos vestidos de policías irrumpieron en la vivienda de José Omar Lewtak. Huyeron con un botín millonario de reales, euros y pesos, y armas de fuego.

Pesos y armas 10 de noviembre 2014. Juan Frei y su familia fueron asaltados en su chacra de Campo Ramón. Cuatro hombres con ropa oscura y encapuchados escaparon con seis mil pesos y tres armas.

86 años 3 de diciembre 2014. Un anciano de 86 años y su hija de 62 resultaron heridos en un violento asalto que tuvo lugar en el lote 15 de Corpus.
El agricultor escuchó ruidos y, al salir, lo desmayaron de un golpe. Su hija salió a ver qué le ocurría a su padre y recibió un disparo en el tórax.
Los pocos objetos de valor de la casa quedaron a merced de los delincuentes.

20 gallinas 23 de enero de 2015. En una chacra del paraje Tirica de la localidad de San Pedro, norte provincial, una banda apuñaló a una mujer de 60 años que descansaba en su casa. No conformes con la golpiza y heridas provocadas, la arrojaron a un pozo negro.
Huyeron con 500 pesos y las veinte gallinas que criaba la productora rural.

Por Cristian Valdez
fojacero@elterritorio.com.ar


:: Notas relacionadas
Wanda Pilaszek: “Pensé que nos iban a matar”
Cada vez más colonos se arman para combatir la creciente inseguridad
Mujeres y ancianas en la mira de delincuentes
Durante meses se encargaron de infundir temor entre agricultores
Casi mataron a un joven por 130 pesos en Colonia Victoria
Con el dato en mano, la banda no tarda en subir al escenario