Aunque aún no se ha determinado la fecha (este mismo año) su meta es lanzarse desde un globo a 36.5 kilómetros de altura, donde cualquier error en su traje presurizado (los tejidos de Baumgartne comenzarían a hincharse, y sus ojos y boca a hervir) podría hacerle perder de inmediato el conocimiento.
El traje es similar a los utilizados por los astronautas pero debe ser más resistente y permitir mayor movilidad. Lo cubrirá por completo a fin de mantener la presión del aire y brindarle oxígeno. Ya ha sido probado en una cápsula presurizada. También tendrá que protegerlo del extremo frío, porque las temperaturas pueden caer hasta -70 ºC, y resistir las fuerzas resultantes de pasar la barrera del sonido, siempre manteniendo la estabilidad dar no dar vueltas sin control.
Al caer, el austriaco deberá ver a través del visor de su casco de presión para poder operar su paracaídas y comprobar que se abra de la manera prevista.
Como salto de prueba, Baumgartner se lanzó desde una cápsula a 22 km sobre el nivel del mar en Nuevo México, y tardó en caer 8.8 minutos. Habría alcanzado una velocidad de 586 kilómetros por hora, y estuvo en caída libre durante tres minutos y 43 segundos antes de abrir su paracaídas.
La anterior marca es del coronel de la Fuerza Aérea de E.U. Joe Kittinger, al lanzarse en 1960 desde un globo a 31 km de altura. Kittinger es parte del equipo de Baumgartner y cree que el intento tendrá éxito.