En Aurora aseguran que Coleco encarnó un escape desesperado

Lunes 24 de noviembre de 2014 | 12:00hs.

Un matrimonio que vive en lo alto de una barranca, a metros de la ruta costera 2 -entre El Soberbio y Santa Rita-, y su yerno, cuidador de una hermosa estancia ubicada sobre la costa del río Uruguay, son quienes no olvidarán jamás lo que oyeron y se enteraron en la medianoche del pasado viernes.

 

Ello en el tranquilo paraje en donde el silencio permite escuchar, a cualquier hora del día, a todas las aves que habitan en esa paradisíaca zona del Alto Uruguay misionero. Es que en el paraje El Saltinho, a unos 40 kilómetros de la localidad de El Soberbio, el destituido intendente de esa convulsionada localidad, Alberto Krysvzuk, fue el protagonista al parecer de un escape increíble. Ya que los uniformados de la Policía de Misiones estaban detrás de sus pasos, y él optó incluso por dejar a su hijo herido tras el intercambio de balazos con los efectivos policiales. Marcio es el cuidador de la estancia La Porteña, un predio enorme que cuenta con una vista envidiable del río Uruguay y las sierras sembradas del pequeño poblado de Corredeira, en el estado brasileño de Río Grande Do Sul.

 

Fue él quien describió a El Territorio cómo se cree que Coleco llegó hasta el predio y cómo incluso logró apoderarse de la embarcación que pertenece a los dueños del lugar privado. “Estuvo la Policía acá, sí. Lo que yo puedo contarles es que todo sucedió después de las 10 de la noche, él bajó por la zona del puente del arroyo (El Saltinho) y por ahí llegó hasta nuestra costa y se llevó la canoa. La canoa es de madera y estaba amarrada, casi siempre está ahí la canoa”, explicó Marcio, que no aceptó ser fotografiado. “Él (por Coleco) sin dudas que conoce toda esta zona. Sabe que nuestra costa está siempre limpia (accesible, césped bajo) y en su desesperación cortó la piola (soga de la canoa) con unas piedras... sin dudas que eso hace una persona desesperada y en minutos cruzó el río”, detalló el cuidador, que como el 90 por ciento de los pobladores del paraje habla un claro portugués más que un mezclado portuñol.

 

Distancias a recorrer

 

Según las palabras esbozadas por el vecino Marcio, desde donde estaba ubicada la referida canoa hasta donde finalmente fue encontrada luego la embarcación -en la costa brasileña-, no hay más de 1.500 metros y cruzar el crecido río Uruguay no le habrá demandado más que quince minutos al hombre que es buscado por la ley en la República Argentina. “Sí, no creo que le haya costado más tiempo y llegó al pueblito de Corredeira. Ya encontraron la canoa, estaba intacta”, aseguró el hombre de trabajos incansables en el monte, mientras arrancaba una fresca y agradable mañana en la estancia que debe cuidar día y noche.

 

Los suegros de Marcio viven a pocos metros de la estancia, del otro lado de la ruta costera 2, que en ese tramo ofrece varias curvas y contracurvas en pocos metros de distancia, antes del puente sobre el arroyo que desemboca en el río Uruguay. En el momento que el matrimonio se disponía ayer a salir temprano, se detuvieron los minutos suficientes para relatar lo que habían escuchado entre la medianoche del viernes y quizás las primeras horas de la madrugada del pasado sábado. “Ella escuchó todo lo que pasó, contales”, expresó el hombre en un portuñol difícil de entender.

 

Mientras que su mujer aseguró con convicción que “se escuchó claramente cuando el auto se detuvo (el Ford Focus en el cual iba el hijo de Coleco, Matías "Cabelo" Krysvzuk), a los segundos hubo un portazo fuerte, después el auto siguió y detrás llegó la Policía”, detalló la mujer que vive en lo alto de las barrancas que rodean al paraje El Saltinho. “Después nos enteramos de lo que pasó porque a mí me llamaron de la estancia para construir una nueva canoa y ahí supimos todo lo que había pasado”, precisó el hombre al mando de un viejo pero fiel Ford Falcon de color azul.

 

Por lo detallado, por el trabajo posterior de los policías en el lugar y por lo que se debió ser informado Marcio tras haber radicado la denuncia del robo de la canoa, el ex intendente de El Soberbio se bajó del auto, aunque prácticamente sin esperar que se detenga totalmente la marcha. Corrió hacia las cercanías del puente y por allí emprendió una alocado y desesperado descenso entre la vegetación que no deja ver lo verdaderamente peligroso de la anunciada barranca hacia la costa del río. Sobre cómo hizo para dejar atrás a los policías y alcanzar rápidamente una canoa en medio de la oscuridad de la noche, es lo que aún es motivo de más incógnitas, como todo lo que viene haciendo Coleco desde hace poco más de ocho meses, desde que fue destituido de la intendencia y desde que fue oficialmente declarado prófugo y buscado incluso por la Interpol.

 

El amor en tiempos de fuga

 

La facilidad con la que Coleco abandonó la provincia y el país deja en claro que bien pudo haber estado en Brasil varias veces y en distintas oportunidades desde que su presente se volvió en contra, tras ser el jefe de la localidad de El Soberbio. Pero esos meses en donde las versiones corrían como agua sobre su probable residencia en esa localidad o en San Vicente se convirtieron en realidad y por culpa de una relación sentimental que echó por tierra su increíble invisibilidad desde el 24 de marzo de este año.

 

Es que la gendarme de 24 años D.M. lo denunció a la Policía porque el ex intendente se negaba a retirarse de su domicilio, al que llegó al parecer de manera vehemente y con quien además habían protagonizado minutos de tensión y forcejeos. La mujer entonces le pidió a su madre que llamara a la Policía y allí Coleco decidió retirarse del domicilio ubicado en el kilómetro 2 de El Soberbio.

 

Eso ocurrió el jueves a la noche y un día después, el viernes después de las 22, la Policía lo ubicó en la zona, ya acorralado, pero nuevamente tuvo tiempo para protagonizar una nueva fuga, aunque al parecer no tan planificada. Es que con cercos policiales preparados para atrapar al ex alcalde denunciado por malversación de fondos de la comuna que lideraba, de pronto irrumpe el Ford Focus blanco y de techo negro, al cual logra abordar y desde entonces se produce la serie de balazos con los policías, que, según lo informado oficialmente, se concretaron de manera intimidatoria.

 

De esos balazos, al menos seis, uno hirió al hijo de Coleco, Matías, de 20 años, poco antes de que finalmente pudiera dejarlo en el paraje El Saltinho. Así, con el padre corriendo barranca abajo y huyendo en canoa, el joven fue luego detenido por la Policía y trasladado al Samic de Oberá. Ayer, el domicilio de la citada gendarme permaneció cerrado.

 

Los vecinos aseguraron a este diario que la mujer salió con su auto el sábado y desde entonces no volvió más. El expediente Krysvzuk Coleco había desaparecido de El Soberbio el 11 de marzo del 2014 y desde entonces nada se sabía sobre su paradero.

 

En su contra hay una orden de detención porque está acusado de los delitos de peculado, fraude en la administración pública, falsificación de documentos y asociación ilícita en concurso real. Pasaron ocho meses y a pesar de que se involucrara hasta la Interpol en la búsqueda, hasta el último viernes no había ninguna señal sobre su paradero.

 

Coleco fue destituido del cargo de jefe comunal, luego de constatarse facturaciones millonarias a supuestos proveedores, con documentaciones dadas de baja en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip); facturaciones a proveedores inexistentes, con papeles apócrifos; falta de elementos declarados en el patrimonio e irregularidades con relación al personal. También, el cobro de tributos que no fueron asentados en caja o lo fueron por mínimos montos. Se añaden falsificaciones de firmas en pagos de pensiones provinciales y vehículos sin seguros ni documentaciones.