LOS ROBIN HOOD DE LAS CHACRAS

Domingo 19 de julio de 2015 | 21:00hs.
Historieta de Néstor Olivera, que ilustra la caída del gendarme Miguel Ángel Tripepi la noche del 7 de octubre de 1941, cuando Regino Vigo atacó la colonia Oro Verde.

Vestido de cura o militar, se presentaba ante los estancieros a pedirles caballos, carnes y comida. 
Con diversas artimañas, argumentaba que necesitaba abastecerse para perseguir su camino en pos de cazar al “maldito de Vigo”. 
Pero el uniformado, en realidad era el propio Regino Vigo.

Se trataba de un famoso bandolero paraguayo, una especie de Robin Hood de la zona de la frontera, que robaba en este lado del río Paraná y repartía el botín entre la empobrecida población paraguaya, tras la sangrienta Guerra de la Triple Alianza.
En dicha contienda bélica internacional, Vigo se convirtió en uno de los jefes del grupo denominado “Los macheteros de la muerte” del Ejército paraguayo.
Pero años después, incluso terminadas las batallas de la Guerra del Chaco, se rebeló contra los postulados del sistema vigente.
Si no conseguía robar con sus estratagemas o ardides, Vigo aprovechaba las oportunidades para reconocer el terreno que robaría con posterioridad, junto con las propiedades. Ello para volver días más tarde a saquear con fiereza.
En ese marco fue que Miguel Ángel Tripepi, un joven teniente de las fuerzas de la milicia, se convirtió en un héroe de la Colonia Oro Verde.
Fue tras un saqueo de Regino Vigo, que Tripepi cayó en plena batalla, quedando para siempre en la memoria y ganándose el respeto de todos los lugareños. 
Así como Vigo y Tripepi, la región está llena de héroes y villanos. Un ejemplo de ello es  el de Segundo David Peralta, quien por una pequeña cicatriz en la cabeza que tenía lo bautizaron como Mate Cosido.
Este rebelde había nacido en Tucumán, pero su vida de bandolero transcurrió en el Chaco. Hasta se dice que su talón de Aquiles era una maestra de Misiones a quien venía a visitar cada tanto.
Pero, Mate Cosido no sólo conquistaba corazones, sino principalmente se dedicaba a robar a las grandes firmas, tales  como Bunge & Born, Dreyfus y La Forestal. Se trataba de empresas que luego aportarían grandes sumas de dinero a la creación de la Gendarmería Nacional, para dar fin a sus varias correrías.

Bandidos de las colonias
Igual que Mate Cosido, bautizado como el bandido de los pobres, trascendieron las variadas aventuras de Juan Bautista Vairoletto, quien luego sería su compañero de andanzas.
En coincidencia, los problemas con la Policía que tuvieron ambos se acentuaron por culpa de una mujer.
A la lista de bandoleros rurales o “Robin Hood de las chacras” se suma la historia de Isidro Velázquez, también llamado “el último bandido rural”, o “el vengador”.
Ayudado por su hermano Claudio y su compañero Vicente Gauna, utilizaba la misma metodología de saqueo que Peralta y Vairoletto.
Conformaron la banda de “Los Velázquez” con la cual vengaban a los pobres trabajadores esclavizados y sumidos en las terribles torturas de sus violentos patrones.
Los peones, por su parte, se lo devolvían en forma de favores, manteniéndolos alerta de la mirada de los uniformados, además de suministrarles alimentos y abrigos.
De la misma manera, otro caso particular lo representa el renombrado Gauchito Antonio Gil, que al igual que los demás bandoleros y héroes rurales, luego de muerto se convirtió en una especie de santo. Todavía en la actualidad miles de fieles le rezan y entregan ofrendas, pidiendo por trabajo y salud.   

Leyendas
La historia oficial cuenta que Regino Vigo, Mate Cosido, Isidro Velázquez, Juan Bautista Vairoletto y el gaucho Antonio Gil sufrieron muertes violentas; que fueron emboscados por la Policía; que los mataron a sangre fría.
Otros quieren creer y aseguran que desaparecieron sin dejar huellas. Lo cierto es que eso alimenta aún más la leyenda que los encierra y se invoca en esta oportunidad.

Por Antonio Villalba 
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